lunes, 12 de marzo de 2018

A LA VIDA SE VIENE A VIVIR

AQUÍ VENIMOS A VIVIR, A EXPERIMENTAR LA MARAVILLOSA AVENTURA DE TRANSITAR LA VIDA Y LO QUE CADA UNO ENCUENTRE A LO LARGO DE SU VIDA, DEPENDERÁ ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE DE ÉL Y DE SU BÚSQUEDA.

Hoy quiero reflexionar sobre esa tan extendida afirmación de los que dicen: “AQUÍ SE VIENE A SER FELIZ”

Pretender un consenso alrededor de la palabra felicidad es un imposible. Cada uno tiene su definición y ningún diccionario parece abarcarla.

Están quienes afirman que la felicidad es una invención de nuestra cultura y los que la consideran una utopía inalcanzable, pero necesaria para hacernos caminar. “LA FELICIDAD ES EL CAMINO”, dicen.

Hay para quien solo existen los momentos felices y para quien puede llegar a ser un estado permanente; los que dicen que feliz se es y los que dicen que en la felicidad se está.

Está el continuo desear de Occidente y la moderación de Oriente; los que buscan la felicidad en el poder, el dinero y las posesiones y los que tratan de reducir el deseo a su mínima expresión; los que la buscan en la Tierra y los que se reservan para el cielo.

Están los científicos que se atreven a lanzar una fórmula (F = E (M+B+P)/R+C), los que hablan de un gen de la felicidad y los que dicen que lo único de lo que podemos hablar es de bienestar o satisfacción. 

Están los que creen que la felicidad es amar y los que creen que es amarse, así como los que piensan que hay que amarse para amar.

Están los que la intentan vender y los que la intentan comprar, los que la cantan, los que la escriben.

“LO IMPORTANTE ES TENER COSAS QUE CONTAR. YO QUIERO CUANDO ME VAYA SENTIR QUE HE PASADO POR AQUÍ Y HABER DEJADO HUELLA EN MIS SERES QUERIDOS”.

Entre tanta definición y tanta diferencia me queda la sospecha de que quizás la búsqueda de la felicidad como objetivo principal sea una búsqueda equivocada, en la maravillosa aventura de vivir hay infinitas posibilidades y ser feliz es una de ellas.

Por eso, y a riesgo de equivocarme, yo sinceramente pienso que:

AQUÍ NO SE VIENE NI A SER FELIZ NI A NO SER FELIZ, A LA VIDA SE VIENE A VIVIR

He venido aquí a mirarle a los ojos a la vida y a aceptar que entre ella y yo nunca va a ir todo bien. Que si bien está llena de alegrías, ilusiones y sorpresas, también lo está de sinsabores, sustos y decepciones.

He venido a aceptar el desafío de enfrentar y llevarme de todo: besos y tortas, comienzos y rupturas, triunfos y fracasos. Yo no quiero una vida a cachitos y recortada, yo la quiero entera, porque prefiero un dolor de verdad a una alegría de mentira. Quiero una historia con su trama, su intriga y sus desenlaces, con sus anhelos, sus “lo logré” y sus “casi lo consigo”. Quiero cuando me vaya sentir y que sientan que he pasado por aquí.

Quiero tener cosas que contar. Quiero batallas, hazañas, amistades, viajes y aventuras. Quiero conocer la paz de un camino recto y asfaltado, pero también la adrenalina de la curva. Y si alguien prefiere quedarse en una roca de Nepal meditando, serenando su alma, controlando sus deseos y alcanzar así los mayores niveles de felicidad, me parece bien, pero yo esa vida no la quiero. No quiero una vida calmada, sin sufrimiento, sin impotencia y sin frustración. Repito: yo la quiero entera.


“YO NO HE VENIDO A SER PERFECTO, HE VENIDO A SER YO”.

No quiero vivir tratando de controlarlo todo. No he venido aquí a decirle a la Tierra como debería rotar, he venido aquí a recostarme en su pecho y girar con ella. Tampoco he venido a vivir seguro, a ganar o a acertar, sino a atreverme, a jugar y a elegir. Quiero vivir la vida con las reglas de la vida, donde unas veces se gana y donde otras se aprende. Quiero desterrar de mi vocabulario las palabras exigir, juzgar y esperar, y quiero que, en su lugar, aceptar, valorar y amar queden subrayadas. 

He venido aquí a quererte cómo eres y a que me quieras como soy, y tal vez eso no haga más feliz el momento, o no lo haga más perfecto, pero si más auténtico.

Y SI EN EL INTENTO POR VIVIR HISTORIAS, EXPRIMIR CADA MOMENTO Y TRATAR DE ABRAZAR UNA VIDA AUTÉNTICA VOY DEJÁNDOME JIRONES DE FELICIDAD, ACEPTO CON HONOR EL TRATO, PUES NO DEBEMOS OLVIDAR QUE EN EL HUMANO DESEO DE VIVIR FELIZ …….. 

…………….. FELIZ ES SOLO EL APELLIDO DE SU ACCIÓN PROTAGONISTA: VIVIR.

Por eso queridos lectores/as Hay que llegar al final de ese camino tan borrachos de vida que ya no quede licor por probar, y tan satisfechos QUE NO QUEDE UN “Y SI…” del que arrepentirse.

SI VIVIR CON VALENTÍA SIGNIFICA HACERLO CON EL CORAZÓN ABIERTO Y SIEMPRE A LA EXPECTATIVA DE NUEVAS EXPERIENCIAS, DISPUESTOS A DISFRUTAR DEL HECHIZO AL CIEN POR CIEN… 

ME SUBO AL CARRO………………


1 comentario:

  1. Excelente...yo también me subo al carro de la vida, con sus tropiezos y sus regalos. Gracias por tus escritos. Feliz semana.

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